La microbiota Intestinal y su relación con la obesidad

La microbiota Intestinal y su relación con la obesidad

Autor para la correspondencia, Diego Alberto Arredondo Meza.
 E-mail: diego_arredondo@comunidad.unam.mx

La microbiota intestinal y su relación con la obesidad

El cuerpo humano alberga una gran cantidad de microorganismos, muchos más que las células que lo componen. Dicha comunidad microbiana, conocida como microbiota, está compuesta principalmente por bacterias y se encuentra en simbiosis con el organismo, por lo que desempeña funciones esenciales para nuestra salud. Este artículo se enfoca en la microbiota que habita en el tracto digestivo humano y su papel en diversas funciones metabólicas, especialmente en relación con la obesidad.

La microbiota intestinal comienza a formarse desde el nacimiento. Dependiendo de cómo se produce el parto (vía vaginal o por cesárea), los microorganismos adquiridos varían. Además, la alimentación inicial juega un papel fundamental: el consumo de leche materna o fórmula, así como una enorme combinación de otros factores ambientales y personales, influyen en la composición microbiana. Posteriormente, la dieta, el uso de medicamentos y el entorno en general afectan la diversidad y estabilidad de esta comunidad microbiana (Domingues et al., 2023).

Los microorganismos intestinales desempeñan diversas funciones vitales. Entre sus roles más destacados están la protección contra patógenos, la modulación del sistema inmune y la producción de proteínas que ayudan a mantener la integridad del epitelio intestinal (Bäckhed et al., 2004). Además, la microbiota influye en el metabolismo energético y puede intervenir en el bloqueo del desarrollo de enfermedades metabólicas, como la obesidad, lo que hace crucial entender su funcionamiento, particularmente en contextos hospitalarios.

 

Microbiota y obesidad: un vínculo inesperado

La obesidad es una enfermedad compleja caracterizada por una acumulación excesiva de tejido adiposo, que tiene un impacto negativo en la salud general del individuo. Este tejido cumple funciones esenciales en la regulación de la energía en el sistema digestivo, lo que incluye el almacenamiento de triglicéridos como reserva energética y la secreción de compuestos involucrados en la respuesta inmune y la sensibilidad a la insulina (Gesta et al., 2007). Asimismo, la disfunción del tejido adiposo y su sobreacumulación están implicados en la patogénesis de la obesidad y enfermedades asociadas, como la diabetes tipo 2, la hipertensión, las dislipidemias y el cáncer (Heilbronn & Kahn, 2005).

La obesidad está vinculada a un estado de inflamación crónica de bajo grado: el desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto energético contribuye al desarrollo del padecimiento. La microbiota intestinal juega un papel crucial en este proceso, ya que cuando su composición se ve alterada (disbiosis), puede desencadenar una serie de eventos que favorecen la inflamación crónica, la resistencia a la insulina y el aumento de peso (Cani et al., 2007).

Por lo anterior, es importante señalar que la dieta es el factor externo más influyente en la composición y diversidad de la microbiota intestinal. Las dietas ricas en fibra proveniente de vegetales y granos integrales, favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas que producen ácidos grasos de cadena corta (SCFAs), como el acetato y el butirato. Estos metabolitos no solo ayudan a reducir la inflamación, sino que también son fundamentales para mantener la salud intestinal. En contraste, las dietas ricas en grasas saturadas y proteínas animales pueden favorecer el crecimiento de bacterias que producen metabolitos inflamatorios, lo que incrementa el riesgo de obesidad y otras enfermedades metabólicas (Cani et al., 2008).

Cabe aclarar que existen varios mecanismos a través de los cuales la microbiota intestinal influye en el desarrollo de la obesidad; destacan:

 

  1. a) descomposición de carbohidratos complejos: la microbiota facilita la descomposición de carbohidratos complejos que el cuerpo no puede digerir por sí mismo, produciendo SCFAs que, al ser absorbidos, promueven el almacenamiento de grasa.

 

  1. b) incremento en el almacenamiento de grasa: estudios en modelos animales han mostrado que la introducción de microbiota en organismos libres de gérmenes incrementa el almacenamiento de grasa, incluso sin un aumento en la ingesta calórica (Bäckhed et al., 2004).

 

  1. c) aumento de la permeabilidad intestinal: la disbiosis puede aumentar la permeabilidad intestinal, permitiendo que toxinas entren al torrente sanguíneo, lo que genera inflamación sistémica de bajo grado. Esta inflamación favorece el almacenamiento de grasa y altera la regulación metabólica, lo que perpetua la obesidad.

 

Dada la extrema correlación que existe entre el papel de la microbiota en el metabolismo y su influencia en la obesidad , se han explorado diversas intervenciones para modificar su composición y mejorar la salud metabólica. Las estrategias dietéticas, como aumentar el consumo de fibra y reducir las grasas animales, buscan favorecer el crecimiento de bacterias beneficiosas y mejorar la producción de SCFAs. Además, las terapias probióticas y prebióticas están siendo investigadas como tratamientos complementarios para la obesidad (Cani et al., 2007).

Estas intervenciones podrían implementarse en hospitales privados como parte de un enfoque integral y personalizado para el manejo de la obesidad, aprovechando el potencial terapéutico de la microbiota intestinal para mejorar los resultados en los pacientes. La evidencia sugiere que la microbiota intestinal juega un papel clave en la regulación del peso corporal y la salud metabólica. En el futuro, se espera que intervenciones basadas en la microbiota, tales como el uso de probióticos, ofrezcan una alternativa eficaz y sostenible frente a los métodos convencionales para tratar la obesidad. Sin embargo, es necesario realizar más investigaciones clínicas para evaluar la efectividad de estas estrategias a largo plazo, especialmente en pacientes hospitalizados (Khan et al., 2022).

Finalmente, es ineludible reconocer que la microbiota intestinal tiene un impacto profundo en la salud metabólica, y su alteración puede contribuir al desarrollo de la obesidad y otras enfermedades metabólicas. Las intervenciones que modifican la composición microbiana, como cambios en la dieta y el uso de probióticos, representan enfoques prometedores en el tratamiento de la obesidad. A medida que avanzan las investigaciones, se espera que estas estrategias sean implementadas de manera más generalizada en el ámbito hospitalario, mejorando la salud de los pacientes y ofreciendo nuevas alternativas terapéuticas.

 

Referencias

 

Cani, P. D., et al. (2007). Metagenomics of the human gut microbiome: Implications for obesity. Nature, 474(7351), 93-98. https://doi.org/10.1038/nature10198

Cani, P. D., et al. (2008). Changes in gut microbiota control metabolic endotoxemia-induced inflammation in high-fat diet-induced obesity and diabetes in mice. Diabetes, 57(6), 1470-1481. https://doi.org/10.2337/db07-1403

De Angelis, M., Ferrocino, I., Calabrese, F. M., et al. (2020). Diet influences the functions of the human intestinal microbiome. Scientific Reports, 10(1), 4244. https://doi.org/10.1038/s41598-020-61260-1

Domingues, R. M., et al. (2023). Factors influencing the gut microbiota development. Microorganisms, 11(3), 1-15. https://doi.org/10.3390/microorganisms11030624

Gesta, S., et al. (2007). Role of adipocyte leptin in the regulation of food intake and body weight. Current Diabetes Reports, 7(6), 358-362. https://doi.org/10.1007/s11892-007-0038-3

He, Y., Wang, B., Zheng, J., & Liu, S. (2021). Gut microbiota: A potential bridge between obesity and cardiovascular diseases. Frontiers in Cardiovascular Medicine, 8, 715508. https://doi.org/10.3389/fcvm.2021.715508

Heilbronn, L. K., & Kahn, B. B. (2005). Obesity and insulin resistance: The role of inflammation and the microbiome. Nature Reviews Endocrinology, 1(3), 233-244. https://doi.org/10.1038/nrendo.2005.47

Khan, R., et al. (2022). Gut microbiome modulation and its impact on obesity: Mechanisms and therapeutic interventions. Frontiers in Nutrition, 9, 822482. https://doi.org/10.3389/fnut.2022.822482

Leonario-Rodríguez, M., & Saavedra, N. (2022). Microbiota intestinal y modulación del tejido adiposo en la patogénesis de la obesidad. Archivos Latinoamericanos de Nutrición, 72(2), 234-246. https://doi.org/10.51989/aln.72.2.234

Obanda, D. N., & Hernandez, D. P. (2020). Impact of obesity-related inflammation on microbial homeostasis and the intestinal barrier. World Journal of Gastroenterology, 26(16), 1784–1798. https://doi.org/10.3748/wjg.v26.i16.1784

Santillán, M. L. (2022). Microbiota intestinal y su relación con la obesidad infantil. Ciencia UNAM-DGDC.

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